Pradera


Y así ella recorrió con su desnudes la pradera de mi mente, sin saberlo permeo hasta las más recóndita esquina, ¿qué podía hacer yo frente a esa rosada piel de durazno que palpitaba con cada rose del prado? Pues bien solo podía déjala que paseara estremeciendo cada célula de las cual ella ni siquiera tenía interés, ella tan pura solo le interesaba una cosa no tener de nuevo la ropa que la tenía presa, no puedo decir que la toque a decir verdad me daba pánico que algo más que el prado de mi mente la manchara pero bueno donde ella residía el amo era yo.


¿Qué más hay que decir?

By: Draven

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