Aquel bar


Llegue al bar y como siempre no había nadie conocido, pedí lo de siempre; una cerveza de barril que en los meses pasados se había convertido en mi más devota amante, una noche más de un día mas, discutir con el cantinero de futbol y autos, cosa de hombres, cosas sin sentido; de repente se abre la puerta del bar esa vieja puerta que más de una vez me ha golpeado en la cara algo ebrió y así pensé que estaba, ebrio al ver esa mujer que como una llamarada que ilumino ese lugar, alta, un cabello lacio que no tengo idea que color era, piernas que llegaban al cielo literalmente y una suave chaqueta que me dejaba ver su tersa piel; entro como si fuese la dueña (y creo que lo era), saludo al cantinero con cierto desdén y se sentó al final del lugar pasando entre la gente, le pregunte al cantinero que quien era esa mujer que paso; a lo que el maldito solo respondió: “ es una amiga del bar” lo mire con cinismo y le dije : “¿esposo, novio, amante?” y una vez más el desgraciado solo respondió con su burlesca cara: “todos esos y más jajaja” lo volví mirar con desprecio, termine mi cerveza y medí 2 más.
Me decidí a ir por ella, cervezas en mano atravesé el bar y llegue a su mesa, no puedo decir que sentí algo distinto a miedo cuando ella me vio y me miro de arriba abajo, siendo un total desconocido  le pregunte que si me dejaría sentarme con ella a lo que respondió sin decir palabra con una mueca algo parecido a una sonrisa y su mano estirada señalando el resto del sofá de cuero negro, fueron y vinieron las preguntas estúpidas de siempre , que , como , cuando ,donde  y más importante fueron lléndose las cervezas, tras estar algo avanzada la noche y nosotros muy cerca, de mi soledad saque valor y me acerque hacia ella tratando de besarla, en un  principio no sentí nada pero luego como un golpe esa mujer se lanzó sobre mi haciendo que mi lengua tomara valor y entrada a explorarla, sin miramientos fue bajando sus manos a mi pantalón y metiéndolas bajo mi camisa tratando de quitármela, en otros momentos la hubiese detenido pero esa mujer tenía el fuego en la boca y sabe Dios en donde más, yo la tome de las nalgas y la presione hacia mí, cuando ella me soltó entendí que en ese momento esa noche tenía solo un objetivo, nuestros cuerpos.
Nos paramos del sillón y fuimos a la tras tienda del bar dando vueltas mientras nuestras lenguas también lo hacían, yo apresurado le quite la chaqueta que no era más que una delgada tela y ella mordía mi cuello como si del vertiese miel, terminamos en una pared presionándola mientras mis brazos y manos rosaban todo su ser ella solo podía abrasarse a mí y con poco aire resoplar algunos gemidos, besaba su cuello y tocaba sus perfectos senos sin pensar quien era, estaba atrapado en la mejor jaula, la lujuria, la cargue sin que se soltara de la pared y entre su respiración agitada y mi premura por desnudarla me dijo espera, pensé que todo terminaría y ella de su medio desabrochado pantalón saco unas llaves, no era la dueña del bar pero si vivía sobre él, salimos por la puerta trasera como dos adolescentes hacia su primera vez, ella delante subimos las escaleras y casi que tiramos la puerta, al escuchar la puerta afuera quedaron los prejuicios y solo pude abrazarla por la espalda mientras tocaba todo lo que a ella la hiciera gemir, la besaba como si no hubiera mañana cuando se dio la vuelta y me arranco la camisa, a lo que yo respondí rompiendo su pequeña blusa, nos tumbamos sobre la cama a besarnos y tocarnos, me concentre en un punto en sus seno, rosados, tersos, perfectos que tenían cada poro erizado, baje por su abdomen y encontré aun su pantalón desabotonado en cual deslice como si ella se quitarla piel dejando a la vista esos blancos pantis que se transparentaban por la humedad de su cielo, yo comencé a quitarme los pantalones parado en la cama a lo que ella se incorporó e interrumpió para hacer ella, los bajo suave como si quisiera que la noche fuera así, una vez abajo era evidente que estaba a punto de explotar, ella lo noto y procedió a dejarme como adán, comenzó a hacerme ver el cielo y a tomar velocidad, sus movimientos eran impresionantes y antes de que mi cuerpo no diera más la detuve. Me deje caer y volví a su cuerpo que al igual que el mío tenia todos los sentidos alerta, se dio la vuelta y sonriéndome y moviendo sus piernas como colegiala me dijo: “ ¿podemos comenzar ya?”, le  quite esas blancas bragas y la voltee no podía pasar por esa cama sin probar el cielo con mi boca; y eso hice, pase y pase, mordí, presione y di vueltas hasta que a ella solo le temblaban las piernas, esta mujer desesperada solo supo ponerme un pie en el pecho y lanzarme al otro extremo de la cama, y una vez más en esa noche se lanzó hacia mí, se sentí en mis piensas permitiendo que todo nuestro sexo se juntara como uno, y comenzó a saltar sobre mi queriendo alcanzar el cielo que ella misma tendía entre las piernas, y solo podía abrazarla hacia mí para que nada nos detuviera y empujaba besaba sus pezones que estaban totalmente duros y gemian mi nombre, sentí que nuestras piernas temblaban y llego el momento en el que el que el alma sale del cuerpo y ella se aferró a mi hundiendo sus manos para que no la dejara salir volando, agitados nos dejamos caer en la cama y no supimos nada más esa noche en la que encontramos todo el universo en aquel bar.


By: Draven

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